Siguiendo con nuestro artículo "¿Cuál es el papel de los líderes humanos en un entorno protagonizado por la IA?", ahora nos enfocamos en la IA en el campo del coaching. Observamos un papel en expansión para la IA, pero el humano dominará el coaching relacional, un enfoque transformador que enfatiza la calidad y profundidad de la conexión emocional entre el coach y el coachee.

La inteligencia artificial (IA) ha ganado mucha atención en el último año, principalmente por el lanzamiento de ChatGPT y su lista cada vez más amplia de capacidades en el lugar de trabajo, desde redactar cartas de presentación hasta proporcionar retroalimentación sobre informes y propuestas.

El coaching presenta un desafío mayor. Un coach humano experimentado tiene el conocimiento y la empatía para explorar emociones, hacer asociaciones y utilizar la intuición e imaginación para ayudar a su cliente a progresar, todas cualidades profundamente humanas. Dado que son tan difíciles de replicar, ¿dónde reside el potencial de la IA en el coaching?

En general, la IA ha funcionado mejor cuando se enfrenta a problemas complejos pero bien definidos, como diagnosticar sarcomas raros o identificar transacciones financieras fraudulentas. Por lo tanto, los desarrolladores y usuarios de la IA en el coaching se han centrado en modelos y funciones que pueden traducirse de manera más efectiva a una forma digital.

Esta relación única es la parte central del coaching relacional, que, como hemos descrito, tiene un enfoque emocional y psicológico. Sin embargo, podemos ver un papel para la inteligencia artificial en lo que llamamos 'coaching dirigido por objetivos', porque es más un proceso lineal. El individuo establece un objetivo, desarrolla un plan, toma medidas, monitorea y evalúa su desempeño, y adapta sus acciones para mejorar el desempeño y alcanzar ese objetivo. "En este contexto, un coachbot de IA podría coachear tan bien como cualquier coach humano novato", dice Firoozmand. "Es capaz de abordar un espectro mucho más amplio de preguntas y soluciones potenciales asociadas con el logro de un objetivo".

Un coach de IA puede hacer preguntas sobre lo que necesita suceder a continuación, monitorear el progreso y responder a cualquier entrada en cualquier momento. Y podría ayudar a los miembros del personal que necesitan un consejero - al llevar a cabo un diálogo para ayudarlos a reflexionar sobre un problema empresarial, como establecer un nuevo proyecto. "La IA puede complementar al coach humano en el avance de la democratización del coaching, llegando a tantas personas como sea posible, que es uno de nuestros compromisos clave, porque creemos que el coaching puede ser tan positivo para tanta gente", dice Firoozmand.

Pero el coaching no se trata solo de alcanzar objetivos medibles. De Haan estuvo involucrado en el proyecto de investigación Vici, un ensayo controlado aleatorio de IA en el coaching. Encontró que "al avanzar hacia tus objetivos, la aplicación de IA fue tan buena como un coach humano. Pero cuando se trata de establecer empatía o promover el bienestar, en las medidas psicológicas, la IA no movió la aguja". Un atributo psicológico es la capacidad de responder a lo inesperado. "¿Qué pasa si el objetivo que la persona quiere alcanzar no está formulado?" pregunta Firoozmand. "Porque no se trata de hacer algo diferente, se trata de ser alguien diferente o tener una mentalidad o actitud diferente, que no está orientada a objetivos".

Aunque Firoozmand no ve que la IA reemplace al coach humano (por ahora), puede imaginar una aplicación de IA que apoye al coach y al coachee escuchando las sesiones de coaching y registrando los temas comunes que surgen. "Es como tener un tercer oído en la habitación", dice, "capturando de manera imparcial los matices o tendencias que están ocurriendo en el diálogo, para que comiences a explorar cosas que quizás no hayas considerado o hayas descartado como ruido".

Al analizar estas tendencias, el "oyente AI" también podría ayudar a entrenar a nuevos coaches, permitiéndoles mejorar su estilo de coaching. "Si hablaste, digamos, el 60% del tiempo, considera hablar menos", dice Firoozmand, "para que eso proporcione una narrativa para conversaciones futuras". Pero cualquier ayuda de este tipo debería utilizarse de manera transparente. "La confidencialidad es vital y cualquier cosa que socave la exclusividad de la relación es problemática", dice De Haan.