Impulsado por las herramientas digitales, el siglo XXI ha visto un intercambio sin precedentes de información e ideas a través de las fronteras. A medida que las habilidades globales de inglés mejoran y los costes de viaje y comunicación disminuyen, ese intercambio se acelerará.
Hoy en día, los científicos e ingenieros no pueden permitirse el lujo de perderse la innovación mundial debido a las barreras del idioma, y no son solo ellos los que necesitan acceder a las nuevas ideas. En todos los campos, los profesionales deben mantenerse al día con las mejores prácticas internacionales. También para las empresas, una cultura de dominio del inglés permite aprovechar las reservas de talento y conocimientos especializados que, hace apenas unos años, habrían estado fuera de su alcance.
Como reflejo de estas tendencias, en la última edición del EPI English Proficiency Index, han encontrado una alta correlación entre el dominio del inglés y el Global Talent Competitiveness Index, un informe que evalúa la capacidad de un país para atraer, desarrollar y retener trabajadores calificados.