El galardonado historiador y politólogo estadounidense James MacGregor Burns introdujo el concepto en el libro Liderazgo, en 1978, en el que distinguía dos tipos de liderazgo: liderazgo transaccional y liderazgo transformativo..
El liderazgo transaccional es aquel que se centra en gestionar transacciones y acuerdos, estableciendo objetivos y recompensas claras, con el objetivo de maximizar el desempeño y alcanzar metas específicas.
El liderazgo transformador, por otro lado, se centra en inspirar y motivar a las personas a alcanzar metas mayores que sus propios intereses individuales, generando cambios significativos y duraderos en los equipos y organizaciones.
Esta cultura de liderazgo también crea una cultura organizacional inclusiva, ampliando el horizonte de las empresas también en temas fundamentales como la diversidad y la inclusión, además de mitigar los cada vez más frecuentes problemas de salud mental.
Esta forma de liderar nace de la investigación pionera de Burns en la que el también norteamericano Bernard Bass, investigador del liderazgo y el comportamiento organizacional, desarrolló la idea del liderazgo transformacional, a partir del libro Liderazgo y desempeño más allá de las expectativas, de 1985. – en el que cambia de nombre a liderazgo transformacional.
¿Y cómo pueden los directivos practicar el liderazgo transformacional? Según Bass, algunas de las prácticas clave son:
• Crear un clima ético ( valores compartidos, altos estándares éticos)
• Alentar a los empleados a mirar más allá de sus propios intereses.
• Promover la cooperación y la armonía
• Utilice apelaciones persuasivas basadas en la razón
• Permitir libertad de elección para el equipo.
Las investigaciones sugieren que esta forma de actuar genera una percepción en los equipos de liderazgo positivo, correlacionada con el desempeño organizacional así como con el compromiso de los empleados.
Este estilo de liderazgo también se asocia con una mayor satisfacción de los empleados, un mayor compromiso organizacional, una mayor innovación y una mayor productividad, ganancias que son consecuencia directa de los líderes que valoran las conexiones humanas.