En un mundo de gran volatilidad e incertidumbre, el rol del director de RR. HH. es fundamental para los resultados de las corporaciones
A raíz de la postpandemia, el papel del CHRO (Chief Human Resources Officer, o director de RR. HH.) se elevó a un nuevo nivel de influencia en la planificación de las empresas. El contexto social en el que vivimos hoy, un mundo de volatilidad, incertidumbres, complejidades y ambigüedades, exige que el líder de Recursos Humanos sea cada vez más ágil, capaz de adaptarse constantemente a nuevos escenarios y lograr producir en medio de constantes cambios.
Las profundas transformaciones que afectan tanto a lo que se espera de un empleado como de un entorno de trabajo, así como las cambiantes expectativas de los stakeholders, presentan nuevos desafíos para el departamento de RR. HH.
Al mismo tiempo que el mundo se transforma, la competición por talentos aumenta –y sigue aumentando–, tanto como crecen y se transforman las exigencias respecto a las habilidades buscadas en los profesionales.
En muchos mercados, como el tecnológico, por ejemplo, existe una escasez preocupante de profesionales cualificados. Así, la cuestión de la gestión de personas es bastante compleja.
No por casualidad cada vez más se espera que los directores de Recursos Humanos sean ejecutivos de negocios que entiendan sobre varias áreas estratégicas diferentes, no solo la captación de talentos y el desarrollo de los equipos que componen la compañía.